Usted no lo diga: «distribución del ingreso»

Hay personas que, tomándose demasiado en serio las estadísticas, creen que el mundo funciona como ellas lo muestran y no que ellas se configuran de acuerdo a cómo es el mundo. Así, hay quienes han llegado a imaginarse que en cada país existe una olla con monedas de oro cuyo contenido es repartido entre todos los habitantes de ese país. Ellos creen esto porque han visto la cifra que calcula el ingreso total de todos los habitantes de un país en particular y se imaginan que, de forma metafórica o alegórica, podrían tomarla en sus propias manos y repartirla ellos mismos de manera "igualitaria" entre los habitantes. Ellos piensan que su repartición sería igualitaria porque todos recibirían lo mismo, pero no consideran las condiciones particulares en las que cada persona recibió o no recibió tales ingresos. Como se dan cuenta de que no pueden manejar este dinero a su antojo, proponen la existencia de un "problema": la diferencia entre los ingresos percibidos por unos y otros. Pero vayamos sobre algún ejemplo concreto.

Durante el año pasado, yo percibí dinero desde al menos tres fuentes: empleadores, clientes y familiares. Recibí dinero desde dos empleadores distintos porque acordé trabajar para ellos cumpliendo funciones específicas en horarios mutuamente acordados y con una remuneración también acordada y aceptada por ambas partes. Recibí dinero desde varios clientes porque ellos me solicitaron la prestación de diversos servicios y accedieron a cancelar el precio que yo les solicité, si bien hubo al menos uno que negoció mi precio inicial y obtuvo un descuento a cambio de una continuidad específica del servicio ofrecido. También recibí dinero desde familiares que tomaron la decisión de regalármelo para facilitar el inicio de un proyecto importante. Todo ese dinero, por lo tanto, es legítimamente mío y yo lo puedo ocupar como me parezca conveniente.

Sin embargo, hay quienes creen que la mera presencia de otras personas menos favorecidas dentro del mismo territorio donde yo vivo me obliga a desprenderme de mi propio dinero para prestarles ayuda. Más aún, ellos creen que todo el dinero que recibí no me pertenece, sino que es propiedad de la "nación". Por lo tanto, yo debo entregárselo al Estado para que lo administre. Pero esto significa que las otras personas menos favorecidas tampoco son dueñas (al menos no particularmente) de este dinero, sino que merecen recibir una parte de él porque tienen el derecho de vivir dignamente, que se refleja en el derecho a la seguridad social en nuestra Constitución. Y, así, ellos legitiman la expropiación de lo que uno reciba. Y desconocen el derecho de propiedad, también consagrado en la Constitución.

La "distribución del ingreso" acerca de la que hablan estas personas es, en realidad, un espejismo. Porque cada uno obtiene su dinero de distintas maneras y el total del dinero recibido no es un monto que haya llegado mágicamente al país para ser repartido entre todos los habitantes. No existe una "distribución del ingreso" y, por lo tanto, menos aún podría plantearse una "redistribución del ingreso". Pero aun cuando aceptamos el uso de ese término incorrecto, podemos plantear que no es un problema. Porque quienes postulan la existencia de una "distribución del ingreso" lo hacen con la intención de decir que esta es la causa de la "pobreza" de quienes tienen menos. Sin embargo, un simple ejercicio de imaginación nos mostrará que este no es un problema real. Dado un país X donde el más pobre recibe 1.000US$ anuales y el más rico recibe 10.000US$, tenemos que este gana diez veces más que aquel. Dado un país Y donde el más pobre recibe 100.000US$ anuales y el más rico recibe 10.000.000US$, tenemos que este gana cien veces más que aquel. Siguiendo los criteros de los "distribucionistas", el país Y tiene un problema más grande que el país X porque su distribución del ingreso es menos "igualitaria". Pero resultaría absurdo afirmar esto porque es evidente que, en el país Y, no hay pobres mientras que, en el país X, todos son pobres. Yendo sobre ejemplos más reales, tenemos países ricos con grandes brechas "distributivas": así Estados Unidos, Japón, Singapur y Hong Kong. Por supuesto, también hay países donde la pobreza es igualitaria: Mali, Burkina Faso, Etiopía, Guinea, Tanzania, Benin, Blangadesh, Tajikistán y Laos.

Vemos con claridad que el espejismo distribucionista está mal fundamentado en su concepción, que atenta contra el derecho de propiedad y que no tiene asidero en el mundo real. Contiene, pues, serios pecados de origen y, aún así, hay quienes pretenden respaldarlo y utilizarlo para despojar a las personas de sus posesiones. Esta, pues, es una de las muchas argucias que utilizan los enemigos de las libertades para justificar atropellos contra los derechos de las personas. Por eso mismo, podemos sentir vergüenza ajena de quien intenta sostener esta terminología falsa. Aunque ellos aleguen sentir vergüenza de la "distribución del ingreso" y digan frases tan pintorescas como que "la torta está mal repartida" o que "el chancho está mal pelado". La feliz realidad es que no hay torta ni chancho alguno porque el país no recibe un monto total de dinero que sea tomado después por los habitantes, sino que cada uno obtiene separadamente lo que puede.

A causa de lo anterior, no nos queda más que rechazar la existencia de una «distribución del ingreso». Y recuerde: usted no lo diga.

Comentarios

  1. Que interesante,me da gusto de que tú te dediques a investigar y sacarnos la venda de los ojos a los que creemos en todo lo que se dice, dejandonos engañar como unos niños, es cierto que no nos damos cuenta que jamás hablan de Cuba, China y Corea del Norte, creó que muchos de nosotros, no nos habíamos percatado de ese gran e importante detalle.De ahora en adelante me daré el tiempo para investigar todo lo que por ahí se especula.

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